Esta es la esencia del pensamiento de Horacio Pagani. El diseñador italo-argentino transformó su pasión por el automóvil en una profesión, y hoy construye modelos tan exclusivos como deportivos. De su planta de San Cesario Sul Panaro, en la provincia de Módena, salen cada año muy pocas unidades, todas ellas construidas por riguroso orden de pedido. La vinculación de Pirelli con Pagani es muy estrecha y va más allá de la simple colaboración técnica, como resume su propio fundador: "Empezamos a trabajar junto a Pirelli en 2008. Todo fue bien desde el inicio. Los resultados, además, llegaron de inmediato en forma de récord en el Nürburgring. Pero lo más importante, creo, es la labor en busca de un neumático seguro para automóviles como los nuestros, construidos con motor trasero. Necesitábamos una cubierta fiable, capaz de hacer sentir el coche en todo momento. Porque a la hora de diseñar un automomóvil puedes haber pensado en todos los detalles, pero quien lo mantiene en el suelo es, en realidad, nuestro amigo Pirelli".