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Tu primera moto: Los primeros pasos para convertirte en motero

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La “primera moto” abre un tema tan apasionante que resulta complicado de resumir en forma de guía. Pero este reto obliga a tener en cuenta estos cinco aspectos fundamentales:

1) Aunque no es una tarea fácil, porque la pasión nos lleva directamente a los modelos de mayor prestigio, lo más normal es que empieces con una moto de pequeña cilindrada.

2) Suele ser útil probar antes la moto, aunque sea en parado en el concesionario y, claro, si es posible, hacer un pequeño test por carretera o ciudad.

3) La elección del modelo es muy personal –lo perfecto para ti puede ser horrible para otra persona, y viceversa–, así que escoge la que más te guste, la que te emocione al verla o la que mejor encaje con tu estilo de vida.

4) Es mejor no comprar únicamente pensando en el precio final (eso sí, trabaja siempre con presupuestos ajustados a tus posibilidades) y te ciñas exclusivamente a su valor de reventa: una moto no es una inversión, sino un placer, una pasión.

5) Apuntarse a un curso de conducción en una escuela fiable puede ser muy recomendable antes de empezar tanto en materia de seguridad como para aprender a disfrutar total y rápidamente al manillar de tu futura moto.

Asumidos estos cinco consejos, veamos al detalle lo que nos ofrece el mercado.

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Empieza por etapas

Lo primero que debes tener en mente, incluso en caso de que tengas presupuesto y edad adecuados, es evitar una moto de gran cilindrada. Aunque seas un verdadero apasionado y tengas prisa por montarte en una motocicleta grande, iniciarte paso a paso es fundamental; algunas monturas requieren de una experiencia considerable para rodar con seguridad, y en ocasiones el salto en materia de rendimiento puede ser excesivo o peligroso, puesto que el elevado peso de estos modelos las hace grandes y difíciles de manejar.

Déjate llevar por el corazón

En nuestros días, la tecnología ha dado grandes pasos adelante, y la mayoría de motos están bien construidas, son fiables y seguras. Así que a la hora de escoger tu primera moto no te preocupes por las especificaciones técnicas, el acabado o la marca: déjate llevar por tu corazón. Elige la que más te guste, la que te emocione con sólo mirarla y la que mejor represente tu estilo de vida.

Eso sí, ten en cuenta si se adapta o no a tus necesidades. Cuando la utilices debes sentirte cómodo, tranquilo; la moto es tu amiga, no tiene que representar un desafío conducirla por una excesiva medida o peso. Es una moto, no un purasangre.

Para evaluar tus sensaciones, acércate a un concesionario a ver en directo la moto que más te haya impresionado: una cosa es verla en vídeo o en foto, o incluso cuando pasa delante de ti en ciudad o carretera, y otra bien distinta es valorar su compra para su uso diario. De hecho, vale la pena montarse en ella, con la moto parada, tocarla y comprobar si tus pies llegan bien al suelo, el tacto del manillar, el peso o las dimensiones. Por último, si es posible, pregunta si es posible realizar una prueba en ciudad o carretera.

Repasemos, a continuación, los diferentes segmentos y sus características, además de los respectivos pros y contras.

Trail

Esta categoría es muy amplia, y va desde las motos de iniciación en el mundo off-road a modelos casi 100% de carretera pero con una cierta inspiración off-roader. Todas son famosas por sus generosos carenados, un asiento confortable para dos plazas y una configuración que incluye voluminosos sets de maletas. Son perfectas para viajes de aventura de larga distancia, incluso en pareja, en los que el asfalto se alterna con pistas de tierra en buen estado.

Las motos de trail destacan por sus amplios manillares, neumáticos con dibujo accidentado y una suspensión de largo recorrido, lo que las sitúa a una notable altura del suelo y, con ello, dificulta su maniobrabilidad en parado o a baja velocidad, en particular si manejas pesos elevados o no eres muy alto. En este caso, la prueba en estático es decisiva: si llegas al suelo con la punta de los pies y estás preocupado por el peso, mejor decídete por un modelo más (físicamente) accesible.

Custom

Avanzamos al segmento custom por oposición a las trail. No sólo porque tienen el chasis más bajo, sino también por un asiento situado también en posición inferior, de modo que el centro de gravedad se sitúa más cerca del suelo y cuenta con unos manillares que las hacen fáciles de maniobrar. Por todo ello, iniciarse con una custom de baja cilindrada suele ser una buena opción. Ahora bien, descarta de entrada las grandes custom, que pueden superar fácilmente los 300 kg y, por ende, son muy difíciles de maniobrar.

Las custom de cilindrada pequeña o media son silenciosas, están dotadas de mecánicas que trabajan bien a bajas revoluciones y que permiten rodar suavemente a velocidad moderada. El último aspecto a tener en cuenta es la silueta, que es bastante particular en este segmento, y que de hecho constituye la base perfecta para personalizaciones. Otro punto que explica, en gran medida, su atractivo.

Deportivas

Nuevo salto adelante en estilo. A diferencia de las custom, las motos deportivas cuentan con manillares bajos y sillones altos, lo que significa que la posición de conducción no es especialmente confortable, ya que el cuerpo está erguido hacia adelante y con el peso sobre las muñecas. A cambio, tienen el atractivo de la competición, ya que replican a las motos de carreras y sugieren un pilotaje espectacular con el cuerpo, que es lo que hacen los pilotos en circuito.

El inconveniente  es un pilotaje más cansado, consecuencia de la posición de conducción, y un espacio muy reducido para el pasajero, que suele contar con un asiento minúsculo y estribos pequeños. Además, tampoco son las más adecuadas para llevar equipaje, lo que las hace incómodas a la hora de viajar.

Naked

Las motos de cilindrada media de este segmento son muy equilibradas, con un asiento de altura media, que se ajusta bien a la mayoría de conductores, un manillar amplio y una posición vertical de conducción que las hace fáciles de guiar. En este sentido, se parecen a las motos custom. También son buenas para viajar, ya que proporcionan a piloto y pasajero un gran nivel de confort, y permiten acomodar bolsas con discreción. El único inconveniente es la falta de protección aerodinámica, por lo que tendrás mucho aire fresco, lo que no es necesariamente negativo.

Por último, en lo que refiere a la parte estética, existe una amplia gama de modelos y todos los fabricantes ofrecen soluciones diferenciadas para distinguir a sus respectivas gamas.

Clásicas

Desde un punto de vista técnico, las motos clásicas se parecen a las naked –la diferencia real es la estética, similar a la de los modelos de los 60 y los 70. Si te decides por este segmento, tu elección estará más conectada con la silueta y los recuerdos asociados, puesto que estos modelos replican las líneas inmortales de los iconos del motociclismo. El objetivo de las clásicas es, por ende, claro, y no habla tanto de prestaciones como de estilo, factor decisivo en su compra.

El segmento de las clásicas también incluye las scramblers, motos de off-road derivadas de las de carretera. Estas monturas suelen tener guardabarros elevados y una suspensión de mayor recorrido, neumáticos con tacos y manillares anchos. Es más una cuestión de estilo, ya que desde una perspectiva de pilotaje se parecen mucho a las clásicas, aunque en este caso con una ligera predisposición off-road.