Rallye

10 pasos para preparar un rallye

El scratch o la victoria final llegan como consecuencia de mucho trabajo previo. Hemos querido conocerlo desde la visión y experiencia de un piloto de competiciones regionales, el asturiano Fernando Castaedo…

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Lo reconoceréis por su devoción por el Rock & Roll o su hashtag de cabecera: #PirelliManda; también por las siempre bellas decoraciones de sus queridos Renault Clio. Fernando Castaedo es un apasionado de los rallyes y la competición del motor. Dedicado durante media vida a las artes marciales, el automovilismo pasó de ser una quimera a una oportunidad a una edad algo avanzada, pero este afable asturiano acabó mordiendo la manzana.

Junto a él conoceremos los secretos que esconde la preparación de un rallye de verdad. No, no será ni el Acrópolis ni el Mil Lagos… hablamos de las carreras que reúnen a los auténticos apasionados: los rallyes regionales. Fernando, todo tuyo…

Paso 1: puesta a punto del piloto

A diferencia de otros deportes, en los rallyes tener un buen físico no es determinante en clave de resultados, pero es fundamental a la hora de salvar la vida o evitar lesiones graves si sufres un accidente. El cuerpo debe estar a punto para soportar una deceleración fuerte o un golpe, y esto vale tanto para el piloto como el copiloto. Yo, personalmente, hago mucho ejercicio aeróbico constante combinado con fuerza, centrado sobre todo en la parte alta del cuerpo.

Paso 2: revisión del coche… y los recambios

El estrés de verdad empieza con la preparación del coche semanas antes del rallye. Compaginar el trabajo a realizar con los compromisos profesionales o familiares genera bastante tensión, os lo aseguro, pero es una clave más del éxito. A mí me gusta, una o dos semanas antes de competir, hacer un chequeo completo del Clio: motor, filtros, líquidos, suspensiones y frenos, además de un alineado preciso de las cuatro ruedas. Esta revisión es como una religión, y vale más perder tiempo aquí que lamentar no haber cambiado, por ejemplo, las pastillas de freno en la primera asistencia. Por otra parte, en este punto evaluamos nuestro stock de neumáticos y recambios, y se piensa cuáles necesitaremos para la carrera.

Paso 3: Reconociendo los tramos

Llega la fase que menos gusta a los pilotos. De acuerdo, tiene un cierto encanto turístico, porque es el único momento para disfrutar del entorno del rallye (con carretera cerrada y el casco puesto, no vemos más allá de 50 metros…). Aquí se pone a prueba la compenetración con tu ‘copi', porque pasamos muchas horas, a veces días enteros, juntos. El reto es apuntar, en el menor tiempo posible, el mayor número de detalles y trampas que esconde la carretera. Desde hace algunos años, el reglamento admite la posibilidad de grabar los tramos con una cámara onboard. ¡Más deberes para casa e incluso durante el propio rallye! Al final, el siglo XXI es el de la tecnología, ¿no?

Paso 4: Actualizar previsión meteorológica…

Si compites en Asturias o en la cornisa norte de España, la aplicación más utilizada de tu móvil será la de la previsión del tiempo. La miramos de forma obsesiva desde una semana antes de la carrera, porque es esencial. De lo que diga el tiempo dependerá la elección de compuestos que montaremos (principalmente a elegir entre P Zero RA7 y RA7+, o el Cinturato de agua), una decisión capital porque, de equivocarte, puede arruinarte el rallye.

Sin dejar de mirar el móvil de vez en cuando, llega la hora de cargar la furgoneta y subir el coche al remolque. Es importante tener claro (y mejor en formato de lista) todos los materiales necesarios, si no quieres ahorrarte viajes de emergencia a casa o a la base del equipo.

Paso 5: Verificando que todo esté OK

Antes de pegar el dorsal en el coche se debe superar un trámite importante: las verificaciones. ¡Allí te lo comprueban todo! Primero la parte administrativa, el carnet de conducir del piloto, la licencia, el seguro, la ficha de homologación, etc., y luego la parte técnica, donde se chequea que el coche esté conforme a la ficha y que disponga de todos los elementos de seguridad en orden. Si todo está OK, directos a la ceremonia de salida a disfrutar de un baño de multitudes con la afición local… ¡Un espectáculo! Acto seguido, a descansar hasta la salida. 

Paso 6: La gran decisión

Después de tanto entrenamiento y preparativos, ¡al fin se acerca el gran momento! Pero antes de empezar rallye, tarea para todos: los mecánicos hacen un último chequeo al coche en la asistencia, el copiloto define la hora exacta de salida hacia el primer control horario y la gasolina que deberemos cargar, y a los pilotos nos toca tomar la decisión final sobre qué compuestos montar. Para este trámite puedes tener dos ayudas: los ouvreurs, tripulaciones que repasan el estado de las especiales unas horas antes de que se cierre la carretera (e incluso a veces matizan nuestras notas) o los amigos. Esta última es la más habitual en los regionales, y pasa por informaciones vía whatsapp sobre el estado de puntos clave de los tramos: si hay humedades o no y qué tal pintan las nubes por allí… Estos datos te ayudan a definir la estrategia a seguir para el primer bucle o agrupación de tramos, ya que no podrás cambiar de compuestos hasta la asistencia. ¿P Zero de seco? ¿Mixtos? ¿Está para Cinturatos? En este punto también debes pensar cuántas ruedas de recambio llevarás y de qué tipo serán, un factor que afecta tanto a la táctica como al peso del coche, y en consecuencia al rendimiento.

Paso 7: De camino al primer tramo

Con el paso por el primer control horario arranca oficialmente el rallye. En este punto, en el regional asturiano también se marcan las ruedas, lo que sirve a la organización para asegurarse de que no recibes ayuda en asistencias remotas. Aquellas gomas que equipes de inicio (además de las de recambio) tendrán que ser las mismas con las que termines el bucle, so pena de exclusión. Luego está la presión. Para el enlace hasta la especial se circula por carretera abierta y sujetos a las mismas normas que todo conductor, así que rodamos con valores normales de un coche de calle. Cerca del tramo, las organizaciones cortan un punto previo que podemos destinar a calentar los neumáticos y empezar a definir las presiones que llevaremos en el tramo, tarea que suele recaer en el copiloto manómetro en mano. Entre tanto, como piloto dedicas los últimos segundos a la visualización del tramo y haces un repaso mental a sus puntos clave, además de acomodarte como puedes con los arneses y el casco. 

Paso 8: 3… 2… 1… ¡Rock&roll!

Con la electrónica del coche en modo de carrera, es hora de dar rienda suelta a lo que más nos gusta: completar los kilómetros del tramo en el mínimo tiempo posible. Son instantes en los que debes sentir el coche como una prolongación más de tus extremidades, y a tu copiloto como la voz interna que te marca el camino y te alerta de sus peligros. Concentración máxima hasta que ves el cartel rojo que marca el fin del tramo. En este punto, control stop y tarea rápida para el ‘copi': volver a medir la presión de los Pirelli, apuntarla en la libreta y valorar de cara a la rectificación de valores en el tramo siguiente.

Paso 9: asistencia y reagrupamientos

Al fin de cada bucle de especiales se suele celebrar un reagrupamiento, que reúne a todos los coches del rallye en una zona turística o de comercio de una localidad de paso para que el público vea de cerca los coches. Nosotros aprovechamos este momento para comer, refrescarnos y repasar tanto la estrategia como los tramos que nos quedan por delante. Antes o después de este punto se ubica la asistencia, donde los mecánicos repasan, con tiempo limitado, el coche, arreglan algún desperfecto e instalan los neumáticos que usaremos en la siguiente sección.

Paso 10: El podio… ¡y vuelta a empezar!

Al fin del kilometraje cronometrado toca regresar a la base del rallye y aparcar el coche en el parque cerrado. Si ha habido suerte subiremos al podio y nos llevaremos algún trofeo… Si no es así, acudiremos a aplaudir a los rivales que lo han hecho mejor. ¡Los rallyes son así! Ahora bien, tanto en un caso como en otro, tocará recoger la asistencia, cargar todos los aperos en la furgoneta y, tan pronto como el coche quede libre de cargas en la inspección post carrera (si procede), subirlo al remolque e iniciar la ruta de regreso a casa… Un trayecto feliz (en la victoria) o lleno de reflexiones (si las cosas no han ido bien), pero en el que empiezan a calibrarse los objetivos para la siguiente carrera.