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‘Enchufados' hacia el coche eléctrico

La gama de vehículos eléctrico no deja de crecer, y cada vez son más los conductores que abandonan los modelos convencionales con motor de combustión. Pero a esta nueva opción de movilidad le quedan todavía muchos escollos por superar…

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Algunos de los primeros coches de la historia eran eléctricos, y en el año 1900 copaban un tercio del total de vehículos que circulaban por las carreteras. Sin embargo, el motor de combustión interna no tardó en quedarse con todo el pastel y mantiene su dominio desde entonces. Puede que estemos a las puertas de un cambio de tendencia, y los fabricantes empiezan a engrosar su oferta de modelos eléctricos –incluso aprovechando, en algunos casos, la pasión de los más “petrolheads” para atraer nuevos clientes.

‘Enchufados' hacia el coche eléctrico
‘Enchufados' hacia el coche eléctrico

Marcas como Cadillac, Mercedes, Porsche, Jaguar y Audi están desvelando modelos eléctricos de alta gama que pueden igualar en entusiasmo a las unidades con mecánica convencional. El Porsche Taycan, que se producirá este año, por ejemplo, –luciendo tecnología heredada directamente de la competición, como las cuatro ruedas motrices, una potencia de hasta 600 CV y una capacidad de aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 3,5 segundos– podría llegar a encender más pasiones que muchos de sus rivales de gasolina. Entre tanto, los ingenieros de Pirelli siguen trabajando junto a los fabricantes automovilísticos para desarrollar neumáticos que satisfagan las exigencias de los coches eléctricos, que incluyen su más veloz aceleración como consecuencia del superior par motor –o, mejor dicho, fuerza rotacional– de este tipo de mecánicas.

Otros lanzamientos que veremos en breve incluyen un importante número de SUVs ideados para los compradores de Estados Unidos que se resisten a pasarse a coches de menor tamaño.

Los fabricantes automovilísticos mundiales tienen previsto un importante número de nuevos modelos, con especial foco en una mejorada tecnología de almacenamiento de energía y sistemas de carga mejores y rápidos a medida que se van adaptando a los drásticos cambios en la regulación sobre los tipos de vehículos que se podrán vender. Noruega, por ejemplo, estima que tan sólo permitirá venta de modelos totalmente eléctricos o híbridos plug-in después del año 2025. Francia y el Reino Unido prohibirán la venta de coches y furgonetas diésel y gasolina, incluyendo híbridos, a partir de 2040. Estos y mucho otros países han elevado sus preocupaciones sobre la calidad del aire para acabar con los motores de combustión interna. Volvo, de hecho, ya ha avanzado sus planes para retirar de la producción este mismo año toda clase de modelos que no sean eléctricos o híbridos.

La flota eléctrica crece
Las ventas no dejan de aumentar. Los coches y vehículos comerciales ligeros eléctricos e híbridos plug-in ya representan un 2,3% del mercado europeo a final de 2018, con un total de 408.000 unidades, según EVvolumes.com. Podría parecer una cifra pequeña, pero representa un incremento del 33% respecto al año anterior, y más grande aún si consideramos que al inicio de la década, cuando esta tipología de automóviles era poco más que un cero porcentual.

El crecimiento a nivel global también es considerable. Las ventas de vehículos eléctricos crecerá desde “una cifra récord de 1,1 millones en todo el mundo en 2017 a 11 millones en 2025 y 30 en 2030 a medida que vayan reduciendo su precio respecto a los modelos de combustión tradicionales”, según el Electric Vehicle Outlook 2018 de Bloomberg. “China liderará esta transición, con cifras que significan casi el 50% del total del mercado EV en 2025.”

La previsión de 2040 estima un total de 60 millones de coches eléctricos en todo el mundo, equivalentes a un 55% del total de ventas de nuevos vehículos. En ese punto “el 33% de la flota global será eléctrica” –porcentaje que nos retrotrae a los niveles del año 1900.

China también lidera el mercado de fabricación de coches eléctricos, según Christian Wolmar, especialista en política de transportes basado en el Reino Unido. Las ventajas son dobles para el país, al reducir los altos niveles de polución mientras cimenta una nueva industria con una capacidad de fabricación y know-how de alcance global.

El mercado estadonunidense
Los Estados Unidos, en cambio, se encuentran en un escenario completamente distinto –en el que, de hecho, la llegada de Cadillacs u otros modelos eléctricos puede ser insuficiente.

Con todo, la venta de eléctricos e híbridos plug-in de 2017 en los Estados Unidos fue de 361.307 unidades (un 81% más que en 2017, según la web insideevs.com). Esta cifra representa un gran paso respecto al 26% de incremento registrado en 2017 versus 2016.

Desafíos de futuro
El sector afronta desafíos comunes que van más allá de la tecnología pionera utilizada por los fabricantes de automóviles. Wolmar defiende que, aunque el crecimiento a nivel de ventas de los modelos eléctricos es imparable, la debilidad de las infraestructuras está frenando el despegue masivo de sus ventas.

La densidad de energía de las baterías ha crecido un 7% en solo un año, al tiempo que el coste de los paquetes de baterías se ha reducido aún más rápido. Con todo, la autonomía de los vehículos con cada recarga sigue constituyendo una preocupación esencial. “Aunque los coches disponen de indicadores de autonomía, los conductores muestran una gran inquietud sobre el alcance total”, afirma Wolmar. Aunque 200 millas (321 km) por recarga se ha establecido como un nuevo estándar, por ahora los coches eléctricos tienen a menudo más sentido como segundos coches del domicilio, afirma.

Este detalle se une a la lentitud y descoordinación de la imprescindible infraestructura de carga. “Tenemos una gran mezcla de proveedores y tipos de cargadores y adaptadores”, afirma Wolmar. “En Londres y otras grandes ciudades, es difícil apreciar un gran cambio hacia el uso masivo del coche eléctrico cuando la mayoría de los habitantes residen en bloques de viviendas o apartamentos y no pueden aparcar en el exterior de la puerta de su domicilio”. Existe otra preocupación relativa a la capacidad de carga: si todos los conductores de este tipo de vehículos los ponen a cargar por la noche, el pico de energía podría llevar a la infraestructura a una situación de estrés límite.

Las incógnitas y preocupaciones no están restando un ápice de éxito a los coches eléctricos. Y no hablamos tan sólo de los que abandonan las cadenas de montaje. Todo salón de clásicos muestra hoy día uno o dos modelos históricos convertidos a la energía eléctrica. Desde los aerodinámicos Jaguar de sport a utilitarios como el Volkswagen Beetle, los más veteranos también se suman al cambio. Esta clase de conversiones podría confundir a los arqueólogos de los próximos milenios, pero sin duda demuestran que estamos ante algo más que un momento de cambio a favor de los modelos eléctricos.