Truco o trato: evita los sustos más temidos en carretera

Pero lo que sí que sabemos es cómo evitar los sustos más temidos en carretera para que disfrutes de una noche terroríficamente divertida sin trucos ni tratos. 

Revisar la presión de los neumáticos es fundamental para garantizar la seguridad en carretera. Una baja presión provoca un desgaste irregular de los neumáticos y esto aumenta el riesgo de sufrir un reventón. ¡Y eso sí que da miedo!

El TPMS de nuestro coche nos avisará en caso de pérdida de presión de inflado en los neumáticos mediante señales luminosas y acústicas. La recomendación siempre será detenernos y revisar la presión para evitar problemas mayores.

¿Pero cómo revisamos la presión? Debemos medirla en frío, cuando nuestro coche esté parado, para evitar que el neumático esté caliente y en consecuencia aumente de valor. 

Podemos acudir a la gasolinera para realizar esta revisión, pero los datos del manómetro no siempre serán 100% fiables, ya que se trata de una herramienta manipulada por muchas manos no profesionales. Nuestra recomendación es siempre acudir a un taller especializado para asegurarte de que tus neumáticos tienen la presión correcta. O bien adquirir un manómetro en cualquier tienda de accesorios del automóvil (una pequeña inversión que vale mucho la pena).

Y recuerda, ¡no te olvides de la rueda de repuesto! Mide tu presión y líbrate de llamar a la grúa ante cualquier contratiempo.

Un desgaste irregular de la banda de rodadura altera la huella del neumático y esto puede afectar a nuestra seguridad. Su causa puede estar en una presión incorrecta de las cubiertas (el más común) u otros factores.

Si quieres combatir este temible enemigo, puedes permutar las cubiertas (siempre que las cuatro tengan la misma medida) a partir de los 10.000 o 15.000 kilómetros. Te ahorrarás vibraciones y disgustos...

Una revisión a tiempo nos evitará problemas en carretera. Por eso, si al revisar nuestros neumáticos detectamos degastes irregulares en las cubiertas, ¡toca cambiar el calzado de nuestro coche en un taller especializado!

Aquí la recomendación es cambiar los cuatro neumáticos a la vez en lugar de solo dos, para asegurar que todos se gastan del mismo modo.

Además, según el reglamento de circulación, los neumáticos del mismo eje deben de ser iguales. Montar neumáticos diferentes en el mismo eje puede llegar a ser contraproducente para las características del vehículo, al generar huellas diferentes y existir una variación de los metros de frenada.

Indudablemente los neumáticos son una parte fundamental del coche, pero al mismo nivel están los amortiguadores. Así que no te olvides de ellos, ¡y no esperes a que pierdan aceite para cambiarlos!

Un amortiguador que lleva muchos kilómetros en funcionamiento no lo hará con la misma eficacia que uno nuevo. Los amortiguadores se van desgastando con el tiempo y la recomendación es cambiarlos entre los 80.000 y 100.000 kilómetros.

Cuando no cambiamos los amortiguadores la consecuencia la pagan los neumáticos. Todo recae sobre ellos, lo que produce un desgaste prematuro del kilometraje y provoca complicaciones en carretera al alargar la frenada de emergencia.