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Seguridad ante todo: automóvil y visión nocturna

La dotación de sistemas electrónicos en los coches de hoy día no deja de crecer. Entre los más recientes se encuentran los destinados a ayudar al conductor en condiciones de baja visibilidad

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Es una de las tecnologías más interesantes y recientes en incorporarse al conjunto de sistemas ADAS, diseñados para asistir a los conductores y mitigar el riesgo de accidente o, en ocasiones, incluso hasta de evitarlo. Los dispositivos de visión nocturna han llegado al sector del automóvil procedentes del universo de la electrónica, e incluyen cámaras con equipamiento especial para ver en la oscuridad o en entornos de baja visibilidad.

Esta tecnología hereda los aprendizajes adquiridos en la experimentación militar. Los primeros ejemplos de sistemas de visión nocturna se remontan a la segunda guerra mundial, durante la cual se utilizaron convertidores de infrarrojos, unos tubos de vacío que hacían la luz infrarroja visible, pero que eran incapaces de amplificarla. No fue hasta la guerra de Vietnam que se produjo el verdadero desarrollo de estos mecanismos, con la llegada de los primeros visores para los pilotos de helicóptero y las mirillas telescópicas para armas automáticas.

Seguridad ante todo: automóvil y visión nocturna
Seguridad ante todo: automóvil y visión nocturna

Debut en el año 2000

Los sistemas de visión nocturna para automóviles utilizan una cámara termográfica que eleva la percepción del conductor o bien el rango de visibilidad de las luces de cruce en condiciones de mal tiempo.

El primer modelo en incorporar esta tecnología fue el Cadillac Deville en el año 2000. El modelo estadounidense combinaba cámaras infrarrojas, GPS, radar y Lidar. Este último instrumento es el acrónimo de Laser Imaging Detection and Ranging (o detección y medición de alcance de imágenes por láser), técnica de medición remota utilizada para determinar la distancia de un objeto o superficie mediante pulsos láser.

Existen dos tipos de sistemas de visión nocturna: pasivos y activos. Los primeros se basan en la detección de la radiación térmica emitida por humanos, animales u otros objetos en la carretera, mientras que los de tipo activo iluminan esos objetos a una distancia significativa utilizando fuentes de luz infrarroja.

Algo más sobre sistemas activos…

Los sistemas activos de visión nocturna aprovechan la capacidad de las superficies de reflejar radiación en el espectro casi infrarrojo (esto es, NIR, con longitudes de onda son cercanas a la luz roja visible). En otras palabras, las cámaras térmicas instaladas en los coches muestran la radiación reflejada por objetos mediante la iluminación activa de los faros y no la emisión de los objetos por sí mismos. No hace falta añadir que el entorno permanecerá oscuro para cualquiera que no utilice un visor infrarrojo.

Si vamos al detalle, las ventajas de los sistemas activos incluyen la emisión de imágenes en alta resolución, la posibilidad de detectar objetos inanimados de un modo más claro y un mejor funcionamiento en condiciones meteorológicas normales. Entre las desventajas encontramos su inferior rendimiento en situaciones de niebla y lluvia, un menor contraste para los animales y un alcance más restringido (150-200 metros) en comparación con los sistemas pasivos.

Los fabricantes de automóviles que han seguido esta tendencia son Toyota desde el año 2002 si bien derivando un mayor peso específico a nivel de experimentación en el campo a su filial Lexus) y Mercedes-Benz, que se inició en 2003 con el concepto F500 antes de crear el Night View Assistant dos años más tarde para el clase S.

...y los de tipo pasivo

Esta segunda opción combina una cámara de imagen térmica que detecta la radiación infrarroja emitida por todos los objetos cuando registran una temperatura distinta a la ambiental. Por este motivo no se precisa de una fuente de iluminación externa, son los propios objetos quienes proporcionan la radiación necesaria para el sistema.

La imagen en este caso aparece de un modo distinto a lo que estamos acostumbrados. Las cámaras térmicas detectan intensidades proporcionales a las temperaturas de la superficie de los objetos, y, de hecho, las más brillantes son las más cálidas y no las que reflejan mejor la luz visible. Las ventajas de los sistemas pasivos son un alcance de hasta 300 metros y un mayor contraste para animales y personas, y en el lado contrario, unas imágenes más granuladas, un funcionamiento más pobre en condiciones ambientales de calor y la necesidad de equipar un sensor de mayores dimensiones.

Entre las marcas que han seguido este último concepto, que no ha dejado de evolucionar, se encuentran Audi (en el A8 desde 2010), BMW (con el serie 7 desde 2005), Honda (en el Legend desde 2004), la antes mencionada y pionera en la materia, Cadillac, y DS, esta última un fabricante autónomo del grupo PSA que ha apostado fuerte por la materia a través de su buque insignia, el DS7 Crossback.