Los amantes de las dos ruedas lo saben mejor que nadie: la realidad cambia completamente de perspectiva cuando se aprecia desde una motocicleta. Será por las variaciones en el paisaje, el asfalto o por ese sentimiento de anticipar el presente. Un desafío a las dimensiones del espacio/tiempo que Pirelli aborda con máxima ambición de la mano del Diablo Rosso Corsa II. La primera cubierta multicompuesto de Pirelli es, de hecho, el instrumento perfecto para ponerse a prueba tanto en carretera como en pista, al tiempo que se observa el mundo desde otro punto de vista. Al final, es justo lo que los riders más aguerridos (normalmente olvidados) buscan, un enfoque único y personal a la conducción, basado en un neumático capaz de soportar inclinaciones agresivas e incluso extremas.
Con el distintivo dibujo del rayo en la banda de rodadura, el Diablo siempre ha representado la filosofía de Pirelli, centrada en la deportividad, la seguridad, la estética y la funcionalidad. En esta ocasión se ha ido un paso más allá a nivel de prestaciones, ofreciendo la posibilidad de buscar trazadas y ángulos con completa libertad. Para ello se ha tomado una perspectiva revolucionaria no sólo en lo que refiere a la moto y la carretera, sino también centrando el foco en el mundo que rodea al rider. Una deportividad que no está reñida con la seguridad, que Pirelli ha puesto a prueba en las carreteras que rodean el Parque Nacional de Kruger y en el legendario circuito de Kyalami, en Sudáfrica, una pista que lleva a las cubiertas al límite con sus constantes subidas y bajadas.
La conclusión final es extraordinaria: altas prestaciones en carretera pero también opción de disfrute en el circuito, lo que transmite una sensación de confianza y seguridad en cualquier condición, con excelentes prestaciones y, al mismo tiempo, un gran producto racing disfrutable en el día a día. Una vía de escape hacia la libertad y la velocidad, olvidando todas las preocupaciones, y con el foco exclusivo en la carretera y la adrenalina. Y es precisamente ese cambio de perspectiva el motivo por el que Pirelli se ha embarcado en una vuelta al mundo en miniatura, durante la cual ha recorrido itinerarios por los Estados Unidos, Italia, Gran Bretaña, Francia y Alemania.
Million Dollar Highway
Colorado, Estados Unidos
De todas las históricas carreteras americanas, la Million Dollar Highway (la ‘autopista' del millón de dólares) ofrece un encanto especial, ya que fluye a través de montañas nevadas en unas zonas que el resto del año lucen una exuberante vegetación. Un escenario que, sobre dos ruedas, resulta fascinante, y más aún cuando se toman gozando de las acusadas inclinaciones que permiten los Diablo Rosso Corsa II. Entre paredes rocosas, lagos y acantilados que quitan el hipo, desafiarse a uno mismo en las curvas extremas de la zona a una altitud de más de dos mil metros es una sensación que llega al límite de la mano del último neumático Pirelli. Un nuevo punto de vista que cambia la perspectiva de esos 40 kilómetros que recuerdan al mundo de los western.
El Paso de Stelvio
Bormio, Italia
Con sus 48 cerradas horquillas que llegan hasta los 2.757 metros por encima del nivel del mar y 34 curvas que conducen hasta el valle, el Paso de Stelvio es, sin duda, una de las rutas más desafiantes para cualquier motociclista. Exigente y estimulante, los 55 kilómetros que unen Italia con Suiza –la carretera más alta de Italia y la segunda de la estadística en Europa– son el lugar perfecto para poner a prueba los Diablo Rosso Corsa II. Asfalto, piedras y prados son el escenario de fondo de esta increíble experiencia que, viraje tras viraje, y con unos ángulos hasta ahora imaginables, acentúan el control sobre el asfalto.
Cornwall
Inglaterra, Gran Bretaña
Verdes colinas, afilados acantilados, cielos bajos: el salvaje paisaje de Cornwall debe afrontarse del modo más deportivo posible: sobre dos ruedas. El viaje de los Diablo Rosso Corsa II encuentra en la región una atmósfera antigua y electrizante, con playas blancas, pubs y niebla y, por encima de todo, carreteras ideales para viajar y desafiantes virajes que permiten disfrutar de los tramos de asfalto suaves. Desde la perspectiva adecuada quedan a la vista incluso las Islas de Scilly, que fueron una vez la última tierra conocida por el ser humano, y que desde aquí parecen un nuevo descubrimiento.
Col d'Izoard
Hautes-Alpes, Francia
Hasta una ruta de corte clásico como la del Col d'Izoard adquiere una nueva y extraordinaria dimensión cuando se aborda desde el ángulo adecuado o, mejor dicho, con las acusadas inclinaciones que permiten estos nuevos neumáticos Pirelli. Este poco más de un centenar de kilómetros a lo largo de los Grandes Alpes permiten alcanzar los 2.360 metros, con un gradiente de ascenso del 11%. En definitiva, un recorrido que va más allá del simple viaje de ocio para transformarse en una experiencia que excede el simple paseo y en la que el destino no es un fin en sí mismo. Trazar las cerradas horquillas lleva casi a la sensación de tocar las nubes, y el descenso de vuelta al bosque permite exhibir la versatilidad y deportividad de los neumáticos en unas condiciones meteorológicas a menudo delicadas.
La Selva Negra
Baden-Württemberg, Alemania
Cruzar la Selva Negra alemana, con sus montañas y sus densos bosques de abetos y pinos, lleva asociado el riesgo de distracción ante un paisaje digno de un cuento de hadas. El nuevo Diablo Rosso Corsa II es, en este recorrido, la compañía perfecta para desafiar a la carretera: la extrema confianza que confiere al manillar permite al conductor más “agresivo” trazar las curvas a la perfección sobre unas carreteras inmersas bajo diferentes tonos de verde a lo largo de los lagos Schluchsee y Titisee, pasando por la gótiga Friburgo y hasta llegar a Baden Baden. En total, trescientos kilómetros de curvas cerradas y largas horquillas prestas a ser gozadas desde cualquier ángulo.