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Calendario Pirelli 1969: los secretos de California Beach

A finales de los 60, la costa Oeste de los Estados Unidos era el paraíso de la desinhibición. El fotógrafo Harri Peccinotti se encargó de captar su esencia para el popular almanaque, y su obra ha dejado huella en la historia

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El Calendario Pirelli 1969 es un clásico. Inspiración de creadores del mundo de la imagen y referencia directa a la hora de plantear una sesión fotográfica en la playa. Sus imágenes –de impacto inmediato– ocupan un lugar de honor en el mundo de la fotografía comercial, logrando que el género del reportaje linde con la publicidad, y todo ello sin renunciar a una inconfundible carga erótica.

Imagen de apertura del Calendario Pirelli de 1969, tomada en California por el fotógrafo británico Harri Peccinotti, y que marca el tono y la dirección de arte del conjunto, a base de múltiples cuadros (frames), una técnica muy replicada a posteriori y siempre con un material muy sugerente.


El británico Harri Peccinotti estaba decidido a captar la esencia de las playas de Los Angeles para el Calendario que cerraba la década de los sesenta. En su obra apreciamos mujeres en bikini, descapotables en la autopista, surferos y hasta una bailarina de estriptis en un club –todos ellos aspectos que definen el desinhibido estilo de vida de la Costa Oeste en la época. Además de una estética peculiar, lo que desmarca a esta edición del Calendario del resto es su diseño, que utiliza varios cuadros y una fotografías con lentes largas –efectos que definen esta era y que se llevaron a la práctica en películas como El caso Thomas Crown o Harry el sucio.

El de 1969 era el segundo Calendario Pirelli retratado por Peccinotti, que también firmaba la edición del año anterior. Esta última se basaba en Turquía y tenía una aspiración más intelectual. Un total de doce poemas, entre los cuales había uno de Elizabeth Barrett Browning y dos de Robert Herrick, inspiraban las diferentes escenas. El almanaque de 1968 se recuerda hoy día por dos motivos: la diversidad de su casting (Peccinotti fue de los primeros fotógrafos en retratar a modelos de raza negra) y por incluir un pezón desnudo en una de sus tomas. Esta arriesgada apuesta (que pronto se convertiría en norma) no tenía precedentes en los calendarios Pirelli.

Nada evoca mayor diversión que la imagen de mayo del Calendario Pirelli de 1969, tomada por el fotógrafo británico Harri Peccinotti. Retrata a una rubia californiana saltando con una camiseta que evoca el año en cuestión, fin de una década de liberación sexual sin precedentes.


En busca del límite

A menudo se refiere a Peccinotti como el padrino de la fotografía erótica, afirmación que a menudo se justifica en la recién citada imagen, rompedora de tantos tabúes. Pero, si bien es cierto que el inglés favorecía los desnudos, su intención nunca fue erótica, y a día de hoy sigue sin considerarse un “fotógrafo erótico”. Y como prueba, su amplia obra, que incluye monográficos sobre comunidades en Camerún, Nigeria y Micronesia, y estudios fotográficos de insectos. 

Disfruta de la potencia del primer plano. Tomada por el fotógrafo británico Harri Peccinotti en una playa de California para el Calendario Pirelli de 1969, es el detalle de la imagen lo que la hace tan convincente. El cabello. Los labios arrugados. La piel tostada por el sol. Un lugar en el que, sin duda, querrías estar.


Peccinotti era mucho más que un fotógrafo. Nacido en 1935, dejó la escuela a los 14 para formarse como artista comercial en el departamento de arte de Smiths Motor Accessories. “Estudiar diseño gráfico te abre las puertas a todo tipo de formas de comunicación”, afirmó a posteriori. “La pintura, las películas, las revistas, los anuncios, la tipografía, Bauhaus, De Stijl, Dada; todo ello te da una visión gráfica y la noción sobre la finalidad de la imagen”.

Peccinotti diseñó portadas de discos en Esquire Records en Londres y pasó al mundo de la publicidad trabajando como diseñador, director de arte y fotógrafo. Luego empezó a colaborar en revistas, labor que inició en 1965 cuando fue contratado como director de arte de Nova, una de las publicaciones más importantes de la era de la liberación de la mujer, y reconocida por su diseño innovador, su tipografía y sus fotografías. Sus lectoras mostraban un gran interés por la política, la salud, el sexo y sus carreras profesionales.

La imagen de agosto del Calendario Pirelli de 1969 retrata la playa de Los Angeles en diferentes escenas, celebrando la diversión de las personas que toman el sol. Parejas estiradas en la arena. Pieles morenas. Y una chica en bikini leyendo un best seller. La esencia de las vacaciones.


Estilo de reportaje

El Calendario Pirelli de 1969 parece hablarnos con el mismo espíritu de la independencia femenina. A día de hoy podría parecer complejo en determinados aspectos, caso del voyeurismo de algunos retratos, pero el almanaque resiste el paso del tiempo con un aspecto fresco y sexy, “un testimonio gráfico de las playas de Los Angeles en la época”, en palabras de Peccinotti.

El set se estableció en Sunset Beach, Santa Monica y Malibu (no en Big Sur, como se ha referido a menudo). Elección de Peccinotti. Dos años antes, mientras trabajaba en Hollywood como director de arte de la película Chappaqua (protagonizada por Allen Gnsberg, William Burroghs y Ravi Shankar, entre otros), se sorprendió por la cantidad de bellas surferas que acudían a la zona. Derek Birdsall, responsable de publicidad de Pirelli en la época, se cruzó con él y le lanzó la idea de realizar un Calendario con estilo de reportaje que captara escenas de surf y sin recurrir a modelos profesionales, sólo mujeres en la playa.

Sin embargo, cuando el equipo llegó a California para tomar las imágenes, “apenas había nadie practicando surf”, como recuerda Peccinotti. El equipo improvisó tomando imágenes de chicas en las playas más populares de Los Angeles en el curso de la semana, utilizando lentes largas de modo que ninguna de ellas supiera que estaba siendo inmortalizada.

La imagen de octubre del Calendario Pirelli de 1969 ejemplifica el estilo de reportaje de la obra. El fotógrafo británico Harri Peccinotti tomó las imágenes para el almanaque en las playas más populares de Los Angeles, y siempre con protagonismo de modelos no profesionales. Esta edición sirve hoy a modo de “testimonio gráfico de la playa de Los Angeles en la época”, afirma Peccinotti.


Sensación de libertad

“Como recurso, retratamos en una piscina a cuatro jóvenes estrellas de una agencia”, recuerda Peccinotti. “Nos alojábamos en Beverly Hills en la casa del guionista Lukas Heller –propiedad de una de las compañías de Hollywood. (Las chicas) lucían peinados y maquillajes un tanto exagerados, y chocaban con las fotografías de la playa. De hecho, creo que sólo usamos una foto de este set para el Calendario, la de una bella joven sin maquillaje fumando un cigarrillo”.

Aunque el Calendario de 1969 fue el resultado de la colaboración entre Birdsall y el director de arte Derek Forsyth, su inconfundible diseño se debe al enfoque de Peccinotti, que tomaba cada imagen con perspectiva de conjunto. El resultado final bien podría haber inspirado la famosa letra de los Beach Boys, “I wish they all could be California girls…” (ojalá todas ellas fueran chicas de California)

El Calendario de 1969 incluye una página extra que ejemplifica el estilo de reportaje del conjunto. Tomada por Harri Peccinotti como parte de las escenas de la playa de Los Angeles, captura la belleza desde un punto de vista muy intimista.