archivo calendarios

Calendario Pirelli 1964: captando la esencia de una época

El almanaque más famoso del mundo se ha convertido en un icono cultural inigualable, siempre abierto a las tendencias y circunstancias que definen cada era, y con el protagonismo de los principales fotógrafos y modelos del momento. Sin embargo, en alguna ocasión, dar con la tecla justa ha requerido un notable esfuerzo creativo, tarea que en el caso que nos ocupa correspondió a Robert Freeman

Home Life Calendario Pirelli archivo calendarios Calendario Pirelli 1964: captando la esencia de una época

Inicios de los sesenta. El mundo vive una era de cambios que toman forma a base de protestas sociales, de una contracultura floreciente y de la revolución sexual. Una época de experimentación, atrevimiento y libertad.

En este contexto, un prometedor fotógrafo, Robert Freeman, amigo personal de los integrantes de The Beatles, recibió el encargo de crear “un bello calendario”. Y tenía carta blanca para ello. Esta cara conocida de la escena londinense escogió para ello a modelos representativas de la época y las trasladó a las playas de arena blanca que todos soñaban con visitar una vez en la vida. El objetivo, completar una sesión de fotos alegre e informal que captase la esencia de la época.

Hablamos del primer Calendario Pirelli de la historia. ¿El año? 1964. Nacía con él un auténtico fenómeno cultural. Sin embargo, en su concepción inicial, el éxito futuro del almanaque estaba lejos de quedar asegurado.

La imagen que abre el primer Calendario Pirelli la protagoniza la modelo inglesa Jane Lumb en una playa de Mallorca. Tomada por su compatriota Robert Freeman, conocido fotógrafo de The Beatles, busca hacer olvidar al espectador el abatimiento de enero. Misión cumplida.


Convertir una idea en realidad

El concepto no era nuevo. La compañía británica Leyland había lanzado en 1930 el calendario Leyland Ladies. El fabricante de frenos Mintex replicó la idea en 1956. Pirelli se decidió, años después, a lanzar su propia versión, a la vista de que los calendarios con “chicas” eran una herramienta de marketing más que probada en la industria del motor, un regalo más para los clientes que podría acompañar a los habituales detalles en forma de cenicero de cristal o neumático en miniatura.

Pero los calendarios promocionales de que hablamos eran demasiado lascivos, y estaban diseñados para colgarse en cuartos o vestuarios utilizados exclusivamente por hombres. ¿Por qué no crear un almanaque que pudiera lucirse, sin problema alguno, a la vista de los clientes? Una suerte de ‘versión de alto standing' que decorase con orgullo la pared de cualquier negocio. Ahí radicaba la originalidad de la idea. Se la debemos a Derek Forsyth, encargado de publicidad de la delegación de Pirelli en el Reino Unido. Forsyth se decantó por el camino del buen gusto y el arte para su propuesta que, al mismo tiempo, debía servir a modo de anuncio de prestigio para la marca.

En 1963 encargó la primera prueba al fotógrafo de Vogue Terence Donovan, que tenía el cometido de retratar una docena de modelos de 12 países junto a automóviles calzados con neumáticos Pirelli. Entre ellos había un kart, un triciclo e incluso maquinaria agrícola. Sin embargo, el prototipo no colmó las expectativas de Forsyth, que lo descartó –hoy en día constituye una verdadera pieza de coleccionista.

La única fotografía tomada en un interior del Calendario Pirelli de 1964 –todas las demás se retratan en las playas de Mallorca. El mes de marzo lo ilustra una imagen simple y llamativa (gracias a los toques rojos y a la mirada a la cámara) y es muy de los sesenta (puede que por el corte de pelo). La protagonista es la modelo Sonny Drane y el fotógrafo, Robert Freeman. El resultado es todo un clásico del género


Los mejores talentos

Forsyth persistió en su empeño, pero en su nuevo intento dio prioridad a la creatividad. Durante su carrera en Pirelli, siempre apostó por fotógrafos “diferentes”, y su elección para el Calendario de 1964, Robert Freeman, reunía esa característica. El británico había marcado época en el Sunday Times, llevando a su portada retratos en blanco y negro de figuras de la talla del presidente ruso, Nikita Khruschev, o músicos de jazz como John Coltrane y Dizzy Gillespie. Brian Epstein, manager por entonces de The Beatles, admiraba su trabajo, y llegó incluso a encargarle la imagen de portada del segundo álbum de la banda. Esa cubierta del disco With the Beatles de 1963 es un icono hoy día. En ella se muestran, bajo luz natural, a los cuatro integrantes de la banda vestidos con indumentaria negra de cuello alto y envueltos por una sombra. Nos encontramos en los inicios de la Beatlemania –que venía de conquistar América un año antes–, una fiebre que mantuvo a Freeman en el barco, como prueba que suyas fueron las fotos de las portadas de A Hard Day's Night, Help! y Rubber Soul.

Desde su primera edición, por el Calendario Pirelli han desfilado numerosas caras conocidas. La modelo británica Jane Lumb –mostrada sobre estas líneas en la página dedicada al mes de abril de la edición inaugural del almanaque, 1964– fue una de las caras más conocidas de los sesenta. Además de protagoniozar numerosas portadas de la revista Vogue, fue actriz para la película Goldfinger y A Hard Day's Night, y frecuentaba, junto a Twiggy, la escena Swinging londinense.


Con el encargo del Calendario Pirelli 1964 bajo el brazo, Freeman abandonó el blanco y negro para pasarse al color. Y ese cambio fue glorioso. Escogió como escenario las playas de Mallorca para impregnar sus imágenes de sol y pieles bronceadas bajo un inmaculado cielo azul y sobre la blanquinosa arena balear.  Uno de los retratos más destacados de la obra muestra a una mujer con un bikini blanco saltando sobre las olas del mar. Y cuando no lucen traje de baño de dos piezas, las modelos Sonny Drane y Jane Lumb, visten con shorts o camisetas. O una simple toalla.

En todo caso, prevalece el espíritu de los sesenta. De un modo sexy y algo pomposo, el fotógrafo británico nos traslada la exclusividad de una playa vacía en donde la inhibición puede retirarse con la misma rapidez que las prendas de vestir. El look de las modelos era fundamental. Ya no hablamos de las mujeres con curvas de los años cincuenta, sino de protagonistas con un toque juvenil. Las nuevas It Girls o Pattie Boyd. Vestidos color naranja y malva que fijan el momento y recuerdan patrones geométricos con una paleta definida en la corriente Swinging London.

Ninguna imagen recrea mejor el espíritu y la belleza del Calendario Pirelli de 1964 que esta del mes de mayo, protagonizada por la modelo alemana, Sonny Drane, que luce una camisa masculina en la playa. Su autor fue Robert Freeman, que poco después se convertiría en su marido. La sonrisa de la protagonista habla por sí sola.


Definiendo los tiempos

El resultado era puro escapismo y una bienvenida distracción de los tumultos que emergían por todas partes. El asesinato del presidente John F. Kennedy a final de 1963 acababa de marcar un punto negro en la historia de los Estados Unidos. Las manifestaciones por los derechos civiles y las protestas contra la guerra de Vietnam copaban todos los titulares. La revolución sexual estaba en marcha, y grupos como The Rolling Stones, The Animals, The Supremes y Bob Dylan, además de The Beatles, lideraban las listas de éxitos musicales. También fue el año en que Elizabeth Taylor se casó con Richard Burton, una pareja de celebridades forjada durante el rodaje de la recordada película Cleopatra y que sorprendió al mundo entero.

El lanzamiento del Calendario Pirelli de 1964 fue un rotundo éxito. Sin embargo, para los protagonistas implicados, el proyecto fue mucho más que eso. Forsyth conoció a su futura mujer, Marisa, en las playas mallorquinas (ella es la última de las tres modelos que aparecen en el calendario en el mes de noviembre, en su caso cubierta por una toalla). Freeman también cayó prendado de la modelo alemana Sonny Drane, y cuando el almanaque salió a la luz la pareja ya había pasado por la vicaría. Se podría deducir de las imágenes que el amor flotaba en el aire, ¿no crees? Quizá no fue así, pero conocer estas historias de antemano te hace mirar las fotos de otro modo.

Un estudio sobre la sensualidad, como podría deducirse de la imagen de julio del Calendario Pirelli 1964, el primero de todos los tiempos, que muestra en todo su esplendor a la modelo alemana Sonny Drane en el ocaso del día en la playa de Mallorca. Tomada por el fotógrafo de The Beatles, Robert Freeman, congela en el tiempo mucho de lo que significaron los años sesenta, la década de la desinhibición.